sábado, 5 de marzo de 2011

Metáfora de Vida


Quise llorar, al ver de la injusticia
su mano indemne.
Quise gritar, ante el murmullo opaco,
Indiferente.
Quise esquivar el viento,
con mi frente y...
así sentir, el frío de su entraña.
Quise robar a la muerte,
su guadaña y...
así evitar, que rasgase las vidas.
Más, solo fue querer,
ni iniciativa ni fuerza hacia el vacío,
nada que hiciera, que el tiempo fuera mío,
para parar esferas implacables.
Siguió el reloj, su toque invariable,
monótono sonar de la mentira,
acompasado, su tic tac, que deja herida
en la estela del tiempo y la memoria.
Gravando a fuego épocas y glorias,
en el vientre pudriente de la vida
y abortan lentamente las esquilas
punzantes agudas de la historia.
Dejo llorar a cangilones, cuál rocío inerte,
el alma sola y replegar las velas
de la barca, invocando a caronte en mi memoria.
Ya está la piel del tiempo casi seca,
yaciente en la tierra del pasado,
invoca a los dioses, el legado de vida
ha sido efímero, la paz nunca ha existido.
Volver atrás...ya no hay camino,
borradas las veredas del destino,
cubierto de hojarasca,
no se detiene el tiempo, ni el hoyo...
cubre el alma.

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