domingo, 4 de septiembre de 2011

EL COBARDE (de...Cartas a mi madre)


s




Madre…hoy me siento trise
Y cansada de luchar,
Por eso quise escribirte,
Porque no te puedo hablar.
¿Recuerdas cuándo de niña, me enseñabas a rezar?
y me decías…tú sé buena, que Dios te lo premiará.
Dime madre, ¿si tú nunca me enseñaste a mentir,
¿porque me decías mentiras? ¿para no verme sufrir?
Aquellos años pasaron, archivados ahora están y
si busco los recuerdos, más me ayudan a pensar.
Dime madre, si soy buena, ¿Qué premio me dará Dios?
Y contestabas con pena, Dios te dará lo mejor.
Madre, yo siempre he creído, porque tú…me lo enseñaste,
que Dios, existe seguro, pero…si existe Dios, ¿porque hace,
a muchos hombres cobardes?
¿Por qué los deja que humillen, porque los deja que maten?
¿Por qué dejó que en tu cuerpo, se ensañase aquel cobarde.
Si, ya se tu dicho, no hables así es…tu padre.
Pero no puedo por más, que se me encienda la sangre y
Cuándo leo las noticias, ¡que la rabia me arrebate!,
cuándo oigo que a mujeres, un mal hombre las maltrate,
como te pasaba a ti, pero…les pido no guarden,
como hacías tu madre, los golpes tras unos trapos y
la pena…que la saquen, que se impongan a la bestia,
que con orgullo levanten, el honor y la vergüenza.
¡que no las pise un cobarde!
Yo ya he vivido una vida y como tú…yo soy madre,
nada saque en este tiempo, ni nada tengo que guarde,
para dejar a mis hijos, pero…algo me dio Dios,
alguien, que no fue cobarde, que sufrió si yo sufría,
Que lucho por levantarme, que no dejó ni un momento,
que sola me acongojase.
Por eso madre te digo… ¡gracias! Porque me enseñaste,
que hay que creer en los hombres y…a Dios, tenerlo delante
imagen
Cartas a mi madre,, (las guerras)


He amanecido triste
y te he querido escribir,
sentada como tú hacías,
mirando hacia el porvenir.
¿Te acuerdas madre?
aquellos días de lluvia
sentada tras los cristales.
Tú, me contabas historias
de la guerra, de tus padres.
Y yo, con los pies cruzados,
sentada bajo tu sombra,
escuchaba con asombro,
aquellas duras historias.
No me las quería creer,
me parecían mentira,
¿Cómo podía salir, de los hombres tanta ira?
Cuántas gracias le doy a Dios,
con calma me repetías,
que mis hijas no vivieran,
esa guerra fraticida,
¿Ves madre, cuándo te dije, que yo en Dios no creía?
No quiero tener razón, ni que me invada la ira,
Pero…otra vez se nos repiten aquellas guerras malditas,
y…dime, ¿dónde está Dios? porque consiente que sigan
guerras, por la religión, por poder y por reliquias
Batallas que solo son, el dominio de la inquina
avaricia deslealtad en una lucha suicida,
solo por tener poder, no importa perder las vidas

No hay comentarios:

Publicar un comentario